leyendas extrañas se leen en las paredes de Palermo, pero también es cierto que si el Fin se acerca es justo que comiense por ahi.
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un lugar donde lo único realmente importante es lo que flota en el caldo
Jack,
a pesar de todo
pienso que temías
“la andrajosa melancolía de envejecer”.
Me cuestra creer en los dioses,
en los elegidos de los dioses
y en los vagabundos del Dharma
y por eso me hubiese gustado estar en tu funeral.
Y que Sinatra hubiese cantado:
“no hay nada más que un corazón solitario”.
Jorge Teillier
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